La pregunta que muchos millennials se hacen es cómo manejar finanzas en pareja. Sí, sabemos que puede ser un tema complicado porque no solo estamos hablando de fusionar dos vidas, va más allá. Si bien nos unimos a personas que parecen tener una forma de ver el mundo parecida a la nuestra, el dinero puede ocasionar problemas que es mejor hablar, con toda calma y honestidad, para realmente hacer equipo, en las buenas y en las malas, en la prosperidad o en las deudas.
Básicamente, se trata de establecer una forma financiera que permita unir dos estilos de vida, priorizar gastos y ahorros de común acuerdo con la finalidad de vivir bien, pero manteniendo finanzas saludables.
¿Cuál es la mejor manera de manejar finanzas en pareja?
La realidad es que no existen dos parejas iguales, por lo que no hay una fórmula a seguir. A continuación te presentaremos tres escenarios para que elijas cuál se adapta mejor a tu relación y logren establecer el que se adapte mejor a sus necesidades de ahorro, gastos e inversión.
1. Combinar ingresos para ahorrar
En este escenario, ambos ingresos se depositan en una cuenta corriente conjunta y con el compromiso de adherirse a un presupuesto acordado manteniendo una planeación conjunta.
Hagan un recuento de los ingresos conjuntos y acuerden un presupuesto que cubra todos los gastos compartidos, desde la renta hasta comestibles y facturas, aquí también entran el pago de deudas y los gastos diarios.
Muchos recurren a una simple hoja de cálculo; sin embargo, existen opciones como Reserva Inteligente Sabadell, a través de la cual pueden identificar fácilmente sus gastos e ingresos para llevar un control adecuado.
Este escenario tiene la ventaja de que el presupuesto se equilibra con los ingresos combinados y no hay distinción entre lo que es mío y lo que es tuyo porque todo se deposita y retira de esta misma cuenta. Sin embargo, es importante no dejar fuera los gastos extra como cigarros, cafés, salidas, etc., para que no se presenten mermas económicas.
2. Combinar una parte, no todo
Esta opción es similar a la primera, pero a diferencia, este escenario permite que cada miembro tenga cierta independencia financiera y ahorrar por separado.
En este caso, ambos mantienen cuentas individuales, pero tienen una cuenta conjunta para todos los gastos compartidos como mensualidad o renta de la casa, alimentos y demás gastos domésticos.
Pueden definir cuánto compartir de diferentes formas:
- Contribuir cada uno con el 50% de los costos compartidos mensuales para mantenerlos uniformes.
- Dividir los gastos de acuerdo con los ingresos de cada persona. Para ello, sumen el total de ingresos, si un miembro aporta el 70% de los ingresos, es responsable del 70% de los gastos compartidos.
- Si en una pareja, un miembro gana tres veces más, el que gana menos puede cubrir las facturas más pequeñas, como el internet y el teléfono o los alimentos, mientras que el que gana más se encarga de la renta, ahorros, inversiones y otros gastos más fuertes.
- Si uno de los miembros de la pareja tiene deudas, los pagos mensuales de dichas deudas se realizan de sus ingresos para que puedan centrarse en el objetivo común de estar libres de deudas.
En esta segunda opción, las parejas deben planear y acordar una forma que permita que ambos miembros sientan que contribuyen con lo justo al presupuesto.
3. Mantener los ingresos separados
En esta opción para manejar las finanzas en pareja, todo se mantiene separado con los pagos de renta, mensualidad de casa, alimentos, servicios y demás gastos divididos a la mitad.
En este escenario se establecen metas y planes de acción para lograrlas, como viajes, la compra de un inmueble, etc. Se acuerdan los gastos que se compartirán y la manera en cómo se realizarán.
Una adecuada administración financiera no está peleada con el amor, pueden acercarse a profesionales en materia de ahorros e inversiones que les ayudarán a aclarar dudas, a conocer distintos servicios que facilitarán esta tarea y sobre todo, conseguir objetivos sin sacrificar su salud financiera.
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