Hace más de cinco meses en México, la ABM en conjunto con SHCP, CNBV y Banco de México, tomaron distintas medidas para apoyar a sus clientes y liberar presión inmediata para minimizar los efectos adversos del Covid-19 en la economía.
Al cierre de julio, 9.2 millones de clientes del sistema financiero mexicano, principalmente personas físicas y PYMES, se apegaron a los programas de diferimiento de pago de créditos, y dentro del segmento empresarial se incluyeron sectores determinantes para el país como el hotelero y turístico o el de transporte y automotriz, ya que tuvieron que frenar por completo sus actividades a causa del comportamiento económico de los consumidores, teniendo grandes dificultades para mantener sus operaciones y viabilidad de negocio.
Ahora, finalizada la activación de estas medidas, vemos un sistema financiero consiente de que esto aún no termina y que se encuentra trabajando en nuevos programas de reestructuración de crédito que permitirán instaurar y desarrollar planes financieros para brindar soluciones de estabilidad y equilibrio económico.
Es importante entender que la reestructuración es un proceso individual que tiene un efecto distinto en cada sector, giro económico y región, por lo que es importante acercarte a tu banco y que este pueda adaptarse a tus necesidades dentro del marco regulatorio de los bancos; contemplando todos los detalles de tu situación económica para lograr un impacto en tus finanzas e ir reduciendo la morosidad.
Bajo este esquema, y considerando los apoyos brindados por las instituciones financieras a las empresas durante el inicio de la crisis sanitaria hayan sido efectivos, las compañías que entraron con complicaciones antes de la pandemia seguramente serán las mismas que pasen por estos procesos para lograr poco a poco un balance económico, encaminándolas a una rehabilitación paulatina, pero sólida.
Hoy, bajo los programas de reactivación implementados, se comienzan a observar sectores resilientes, que si bien, derivado de la modificación de hábitos de consumo tendrán una recuperación asimétrica, podremos vislumbrar un panorama optimista, que, bajo el apoyo de autoridades, reguladores y entidades financieras, se logrará salir a flote y afrontar lo que viene en 2021.
(Artículo original publicado el 11 de septiembre del 2020 por la revista Forbes)
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