Artículo escrito por Francisco Romano, Director de Banca de Inversión en Banco Sabadell, publicado el 22 de diciembre del 2020 por Radar IMEF.
Hoy en día, los inversionistas y emprendedores deben incluir como parte de las variables relevantes en la toma de decisiones y como parte de la estrategia de los proyectos, la incorporación de acciones que promuevan la sustentabilidad no solo por cumplir, sino porque realmente consideran a estas acciones como fundamentales; a donde vamos es a lograr medir la magnitud del impacto positivo social, ambiental o bien, una combinación de ambos.
La pandemia en la que vivimos actualmente nos ha llevado a profundos cuestionamientos, entre ellos la capacidad de recursos para apoyar estas iniciativas en el país, lo que abre una gran posibilidad de generar modelos económicos más verdes y con mucha más confianza en proyectos sostenibles, esto en comparación con los que han existido en años anteriores.
Gracias a la participación de instituciones privadas de diferentes sectores, podemos ver la sostenibilidad como una nueva realidad, en donde el sector financiero se convierte en una pieza clave para el acompañamiento de proyectos visionarios con compromiso social y que buscan generar cambios ambientales a largo plazo. Existen distintas maneras en las que los bancos desarrollan herramientas que buscan impulsar y apoyar estas nuevas necesidades, desde créditos dedicados a proyectos verdes y/o sostenibles, hasta ser representantes de acuerdos y pactos en materia medioambiental para regir distintos proyectos; entre las contribuciones más sobresalientes con las que Banco Sabadell en México cuenta son: el financiamiento de créditos sostenibles por USD 546 MM a los sectores de energía renovable e infraestructura.
Debemos utilizar las mejores herramientas, que tiene el sistema económico mundial, tal es el caso de los mercados de capitales que integran la posibilidad de rentabilidad de los inversores con emisores o proyectos sustentables.
Una iniciativa que ha permitido que estas acciones se hagan realidad, es el financiamiento mediante bonos verdes, los cuales son las emisiones que, tras pasar por un análisis exhaustivo del efecto que puede tener el uso de los recursos de la colocación, obtienen una certificación de un tercero independiente, persona que valida que dicho impacto sea positivo y aporte beneficios ambientales, estos se pueden aplicar a diversos sectores como: vivienda, energía, construcción, transportes y agricultura; y su impacto se mide por la reducción de emisiones, la eficiencia energética, los materiales que utilizan y porque minimizan residuos, logrando que este tipo de financiamientos cada vez sean más rentables.
Actualmente, en camino a la recuperación económica y social del país, debemos plantear acciones que contribuyan a la reactivación de inversiones nacionales, apostando a oportunidades de inversión y crecimiento que tengan el valor agregado de ser sostenibles y que generen un impulso que nos permita seguir siendo un buen destino para inversionistas y así, lograr aumentar la confianza puesta en cada proyecto.
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