El incremento observado del último año en los precios de los alimentos no se reportaba desde hace más de medio siglo. Los altos niveles de inflación en México fueron influenciados por un alza en los alimentos, bebidas y tabaco de 14.5 por ciento, y a pesar de esto y de las dificultades del año anterior, el sector primario mexicano continuó expandiéndose y cerró con 6 por ciento de crecimiento anual. De acuerdo con cifras oficiales, el año agrícola cerró con 297.6 millones de toneladas, número prácticamente igual al año previo.
El sector agrícola es uno de los más relevantes para la economía mexicana, por lo que las empresas y productores buscan constantemente desarrollar diversas formas de mejorar su productividad y aumentar su rentabilidad. De esta forma es que la tecnología y la digitalización incursionaron en estas prácticas, siendo la Agricultura de Precisión una de las más destacadas innovaciones.
La Agricultura de Precisión es un enfoque tecnológico que utiliza información y herramientas avanzadas para maximizar la eficiencia en el campo mediante sistemas de información geográfica, sensores remotos y tecnología de posicionamiento global. Con esto, los agricultores pueden monitorear y controlar de manera más precisa los procesos agrícolas, lo que incluye: la aplicación de fertilizantes, la gestión del riego y el control de plagas y enfermedades e incluso el mejoramiento de los suelos. Para ahondar un poco más en su practicidad y conveniencia, la Agricultura de Precisión permite ahorrar hasta en un 90% el uso de productos como pesticidas, consiguiendo así, una práctica mucho más sustentable, a la par de reducir el impacto ambiental y maximizar la producción y aprovechamiento de recursos.
Un aspecto a destacar de la Agricultura de Precisión es su capacidad para aumentar la productividad y la rentabilidad de los cultivos. Al tener un mayor control sobre las prácticas agrícolas, se reducen las pérdidas por enfermedades, plagas o condiciones climatológicas o edáficas (de suelo) adversas. Además, se mejora la calidad de las cosechas, lo que puede traducirse en precios más altos en el mercado al mismo tiempo en el que se optimizan los recursos y se reduce el desperdicio, lo que por ende, puede conducir a una mayor rentabilidad económica.
Por ello, la Agricultura de Precisión no solo beneficia a los agricultores, sino también al medio ambiente gracias a tres factores principales: i) la reducción de la cantidad de insumos químicos utilizados, ii) la disminución de la contaminación en el agua y suelo, y iii) en la emisión de gases de efecto invernadero. Al optimizar los recursos disponibles, se logra un uso más eficiente del agua y energía, lo que contribuye en la sostenibilidad a largo plazo. A lo que hay que sumar el impacto económico de 2020 en el que la industria estaba valuada en 5,147 MDD con una proyección hacia 2026 de 10,491 MDD.
A pesar de todos estos beneficios, la adopción de la Agricultura de Precisión enfrenta desafíos, pues se requiere una inversión inicial en tecnología y equipos que puede resultar costosa para muchos agricultores, especialmente para aquellos de pequeña escala. Además de requerir capacitación y actualización constante para aprovechar al máximo las herramientas y datos disponibles.
En conclusión, la Agricultura de Precisión representa un cambio fundamental en la producción de alimentos. Su capacidad para optimizar recursos, reducir el impacto ambiental y aumentar la rentabilidad, la convierte en una herramienta indispensable para enfrentar los desafíos futuros.
Nota original publicada por El Economista y escrita por Carlos Hurtado, Director de Agronegocios en Banco Sabadell.
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